Presentación

" Sólo recuerdo la emoción de las cosas,
y se me olvida lo demás,
muchas son las lagunas de mi memoria"


Antonio Machado

lunes, 21 de febrero de 2011

Rompiendo los calcetines I (Moncayo)



Tanto hacer bordillos en Morata, además de algún intento frustrado por "tapias" catalanas, me habían hecho olvidar que la montaña en su versión más sencilla (si en invierno es prudente realizar esta afirmación) también existe.

Desde que le regalamos piolet y crampones, mi amigo José Manuel, me iba persiguiendo para que le iniciara en esto del montañismo. Le contestaba que quien era yo para tales menesteres, que mejor fuera a la Federación Madrileña (vive en la capital del reino) y que se inscribiera en algún cursillo de iniciación que tuvieran programado. Pero no, él "erre que erre" (tanto venir a trabajar a Zaragoza se ha vuelto un poco tozudo), insistiendo continuamente para que yo fuera su mentor.

Mi jefe actual (este si que es un buen tipo), alocado e histérico ante la posibilidad de volver a salir al monte (escaparse de casa diría mas bien), me animaba para aceptar el envite, proponiendo actividades invernales en Pirineos.

Kike - le dije- con el debido respeto, estas loco, y .....si no "tira".... y si le entra el pánico..... y si nos tiene que venir a buscar el helicóptero del tulipán. ¿Como quedará nuestro prestigio?. ¡Que vergüenza tener que contarlo después!. Mira mejor nos tomamos con calma el rito iniciático, y creo que, para hacerlo bien, lo mejor será que vayamos al Moncayo. Allí le colocamos en la mano el piolet, le ajustamos a las botas los crampones, le damos cuatro consejillos y tiramos para arriba, si llega pues..... foto en la cumbre y después a donde sea a "zampar" y beber cerveza y si no llega pues..... nos tomamos la cerveza también. Kike estuvo de acuerdo.

Le recogía a las 07.30 en la estación Intermodal.  Diré de él que es un hombre castizo y de gran corazón, hablador incansable y sobre todo siempre positivo. Después del saludo cargamos el macuto en el coche y nos dirigimos al punto de encuentro con Kike y tres amigüetes más, que a la postre también eran novatos, menudo "marrón" me había colocado "el jefe".

A las 10.00 ya estábamos de camino, el día era espectacular, con buen tiempo y mejor temperatura, pero había un inconveniente: era domingo........¡horror!. Si afirmo que había mucha gente estaría mintiendo, estaba todo "abarrotao", era como pasear el día del Pilar por la calle Alfonso, im...presionante. No se podía hacer nada para mejorar la situación, así que nos metimos en la fila y tiramos para arriba.

La conversación animada, pronto se torno en silencio, después se empezaron a escuchar respiraciones profundas y más adelante respiraciones entrecortadas. Paradas para quitarse ropa, para ajustarse la mochila y para yo que se..., sirvieron para llegar al "cucharón" donde realizamos una breve pausa para comer, beber y ajustar el material de los "debutantes". Minutos más tarde volvimos a meternos en la fila que ascendía a la cumbre por el centro del Circo de San Miguel.

Mientras subíamos iba pensando que no era entretenido ir viendo el culo de un desconocido, por lo que al llegar a la altura de un contrafuerte de roca, decidí salir de la fila, atravesar hacia la izquierda la barrea de piedras y buscar otro itinerario, menos directo pero más solitario. Mis "alumnos" siguieron sin rechistar, excepto Kike, que para eso es jefe e iba a su bola y siguió la monótona fila.

¡Hostia esto mola!, pensaba mientras me tiraba el "moco" con los reclutas. Les explicaba algunas técnica de progresión en nieve y me hacían caso, me debían tener por un "alpinstar"......me estaba creciendo el ego de forma exponencial y eso me hacia pensar en esos a los que les va este rollo de los discursos.

Bueno, un poco de esto y otro poco de lo otro aderezado con muchos ánimos y venga que ya falta poco, nos llevó hasta el collado y de allí en un breve paseo a la cima. Apretones de manos, enhorabuenas, etc, etc etc.... ¡¡¡Pero tíos sacar algo de comer que tengo hambre ya vale de tanto protocolo!!! -mascullé con ánimo de ejercer de líder- y lo curiosos es que obedecieron sin rechistar, ¡alucinante!. Después foto y para abajo.

Cuando ya en el coche me descalzaba, miraba los "calcetines" destrozados  después de tantas batallas y pensaba que ya habían cotizado los suficientes años como para ganarse una honrosa jubilación, pero todavía les quedaba un trabajito más........